2. Haz preguntas de tal modo que todo el mundo participe
Es muy importante que todo el mundo reflexione sobre las preguntas planteadas. A continuación se presentan tres formas para conseguirlo que han sido probadas por distinto profesorado:
- Establecer la regla “no se levantan las manos”: Cuando se levantan varias manos, algunos alumnos dejan de pensar porque saben que el profesor no va a preguntarles. Por otro lado, los alumnos que levantan la mano también dejan de pensar ya que tienen una respuesta preparada. La técnica "no se levantan las manos" anima a todo el mundo a seguir pensando porque el profesor puede pedir a cualquiera de ellos que responda.
- Hacer preguntas que provoquen una cadena de respuestas: En vez de plantear preguntas que requieran una respuesta correcta específica, pide ideas y propuestas: "¿Cómo podemos empezar a trabajar con eso?", "¿Qué podríais comentar con respecto a eso?" Así, todo el mundo será capaz de dar una respuesta.
- Evitar el “ping-pong” profesor – alumno – profesor – alumno: Anima a los alumnos a escuchar las respuestas de los demás y responder a ellas. Intenta seguir un modelo tipo profesor – alumno A – alumno B – alumno C – profesor.
Distribuir el espacio del aula para fomentar la participación Piensa dónde están sentados los alumnos, ¿hay algunos que no escuchan bien? ¿Todos los alumnos ven y escuchan bien al resto de sus compañeros
para poder responder a las intervenciones de otros estudiantes? Si existe tal posibilidad, muchas veces resulta más eficaz que las mesas estén puestas en forma de U.